Hoy tocaba el game drive matutino. Para variar, a las 6 en pie, para, sin desayunar, tomar 2 coches abiertos para ir al Parque Natural de Chobe, pero esta vez desde tierra. Nos tuvimos que abrigar mucho ya que a esas horas en invierno y en coche abierto, hace mucho frio. La sorpresa la tuvimos nada más entrar en el parque, donde vimos salir de la zona pantanosa a 8 leones. Eran todos hembras y leones jovenes donde el pelaje clásico de leon aun le estaba saliendo. Pasaron a pocos metros de nosotros y la estampa al amanecer merecia mucho la pena.
Tras eso, seguimos recorriendo el parque, y aunque vimos bastantes animales, no vimos ningún felino más.
A las 10 desayunamos y nos vino a buscar un autocar para llevarnos a Victoria Falls. Tuvimos que pasar la 4a frontera, tras Sudáfrica, Namibia, Botswana y ahora Zimbauwe.
Es una frontera muy lenta en papeleo.
Victoria Falls no esta a 1 hora de la frontera y la verdad es que el pueblo era pequeño. Nos alojamos, como colofón del viaje en el hotel Victoria Falls. Un hotel de 5 estrellas muy carismático aunque algo retro. Las vistas desde el hotel eran preciosas y se veían a lo lejos la capa de agua en suspensión que las cataratas generan y el famoso puente que una Zimbabwe con Zambia y que es donde hacen el puenting más alto del mundo.
No perdimos tiempo y os dirigimos caminando a las cataratas. Pagamos una entrada de 30 $ y aparecieron delante de nuestros ojos.
No había apenas turistas así que se dejaron contemplar relajadamente. Son unas cataratas de 85 metros de altura y 1.700 m de largo. Imposible decir que no es espectacular contemplarlas. Fuimos caminando enfrente de ellas y mojándonos dependiendo del aire con el agua en suspensión que generan. Al final de ellas, hay una vista del puente y desde donde se ve como se tiran del puente haciendo puenting. Realmente es impresionante verlos caer desde tanta altura. Yo creo que no podría hacerlo ni pagándome....
Eso sí, aun espectaculares, todos coincidimos que para los que vieron las cataratas del Niagara, estas eran mucho mejores, pero para los que vimos las de Iguazú, las Victoria son de menos espectáculo aun siendo mas altas.
Volvimos al hotel, y nos fuimos a cenar todos juntos, ya que era la despedida de nuestro guía Diego, que debía volver también a Namibia para recoger a un nuevo grupo.
Aquí tome cocodrilo... La verdad es que no esta nada malo ni duro. Aunque el sabor no se si es más parecido al pescado o al pollo. Dejemoslo, que sabe a los dos! Jeje
Diego ha estado una persona muy implicada con nosotros, nos ha ayudado disfrutar del viaje con su paciencia, y con sus conocimientos de la naturaleza, animales y de la historia de allí por donde pasábamos. No ha estado solo un guía, también una buena amistad para todos y aprovecho estas líneas para agradecérselo.