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miércoles, 1 de agosto de 2012

Día 24: Victoria Falls o Cataratas Victoria


Hoy tocaba el game drive matutino. Para variar, a las 6 en pie, para, sin  desayunar, tomar 2 coches abiertos para ir al Parque Natural de Chobe, pero esta vez desde tierra. Nos tuvimos que abrigar mucho ya que a esas horas en invierno y en coche abierto, hace mucho frio. La sorpresa la tuvimos nada más entrar en el parque, donde vimos salir de la zona pantanosa a 8 leones. Eran todos hembras y leones jovenes donde el pelaje clásico de leon aun le estaba saliendo. Pasaron a pocos metros de nosotros y la estampa al amanecer merecia mucho la pena.
Tras eso, seguimos recorriendo el parque, y aunque vimos bastantes animales, no vimos ningún felino más.
A las 10 desayunamos y nos vino a buscar un autocar para llevarnos a Victoria Falls. Tuvimos que pasar la 4a frontera, tras Sudáfrica, Namibia, Botswana y ahora Zimbauwe.
Es una frontera muy lenta en papeleo.
Victoria Falls no esta a 1 hora de la frontera y la verdad es que el pueblo era pequeño. Nos alojamos, como colofón del viaje en el hotel Victoria Falls. Un hotel de 5 estrellas muy carismático aunque algo retro. Las vistas desde el hotel eran preciosas y se veían a lo lejos la capa de agua en suspensión que las cataratas generan y el famoso puente que una Zimbabwe con Zambia y que es donde hacen el puenting más alto del mundo.
No perdimos tiempo y os dirigimos caminando a las cataratas. Pagamos una entrada de 30 $ y aparecieron delante de nuestros ojos.
No había apenas turistas así que se dejaron contemplar relajadamente. Son unas cataratas de 85 metros de altura y 1.700 m de largo. Imposible decir que no es espectacular contemplarlas. Fuimos caminando enfrente de ellas y mojándonos dependiendo del aire con el agua en suspensión que generan. Al final de ellas, hay una vista del puente y desde donde se ve como se tiran del puente haciendo puenting. Realmente es impresionante verlos caer desde tanta altura. Yo creo que no podría hacerlo ni pagándome....
Eso sí, aun espectaculares, todos coincidimos que para los que vieron las cataratas del Niagara, estas eran mucho mejores, pero para los que vimos las de Iguazú, las Victoria son de menos espectáculo aun siendo mas altas.
Volvimos al hotel, y nos fuimos a cenar todos juntos, ya que era la despedida de nuestro guía Diego, que debía volver también a Namibia para recoger a un nuevo grupo.
Aquí tome cocodrilo... La verdad es que no esta nada malo ni duro. Aunque el sabor no se si es más parecido al pescado o al pollo. Dejemoslo, que sabe a los dos! Jeje
Diego ha estado una persona muy implicada con nosotros, nos ha ayudado disfrutar del viaje con su paciencia, y con sus conocimientos de la naturaleza, animales y de la historia de allí por donde pasábamos. No ha estado solo un guía, también una buena amistad para todos y aprovecho estas líneas para agradecérselo.




Dia 23: La casa flotante del Delta del Okavango


La casa flotante tenia dos pisos, uno con unas habitaciones dobles minúsculas donde no se podía ni pasar entre ellas. Pero eso no dejó de ser divertido y especial estar disfrutando en medio del río kunene de una atmósfera única de la naturaleza.
Nos levantamos sobre las 6:40 h ya que teníamos un día largo y de cosas variadas.
La primera era tomar una avioneta de 15 plazas hacia Chobe (otro de los espectaculares parques nacionales de botswana.
La idea del vuelo era llevarnos a Chobe pero viendo desde el aire ( y en vuelo rasante) el Delta del Okavango. Fue preciosos ver desde arriba las manadas de animales, el ríoi haciendo sus curvas e inundando toda la zona de agua y generando unas islas donde los animales habitan y entre las cuales se van moviendo según la época del año debido al cauce que lleva el río kunene.
Recordemos que el Delta del Okavango es el único que se no se produce en un mar, sino en tierra, dejando sus aguas inundar todo el delta. Son quilómetros y quilómetros de delta.
Tras sobrevolarlo, volamos ya a una altura de crucero durante 1 h hasta el parque. A la llegada también pudimos ver el parque desde el cielo, el cual también nos sorprendió desde el aire.
Aterrizamos y llegamos a un lodge bastante confortable.
Aquí nos despedimos de nuestros cocineros Lucky y Tabhani, que tenían que volver a Namibia para el siguiente viaje.
Tras la despedida, tomamos un barco abierto donde comimos bajando por el río. Estuvimos en el barco mas de 3 horas disfrutando de un paisaje y una fauna espectacular. El río pasa por en medio del parque y los animales bajan allí a comer a los prados. Cantidad de cocodrilos, elefantes (hay hasta 60.000 individuos lo que provoca gran destrucción del hábitat), kudus, sables, etc...
Vimos manadas de 50 elefantes juntos.. Los ojos se iban de un lado para otro..
Tras el recorrido en barco, nos relajamos en el lodge y conocimos a un uruguayo propietario del hotel desde hace muchos años y nos contaba historias del rey. Dice que va 2 o 3 veces al año a cazar diferentes animales y que el día que se cayó fue por tropezar con la cuerda de la tienda estando borracho, y que que tras ello, tuvieron que sacar a Corine, la alemana, novia del rey, por otro país para que no se diera a conocer que estaban juntos.
Tras esto nos fuimos a cenar y a la cama




Dia 22: Delta del Okavango (2º día)


Nos levantamos en la tienda de campaña por última vez, y nos tenían programado un trekking por la isla para intentar ver animales y analizar como funciona la vida allí.
El trekking empezó de forma espectacular pudiendo ver 2 elefantes a nos mas de 50 metros y como antes nos pasó, estábamos "desnudos" frente a él. Saber actuar en la naturaleza, según las indicaciones del guía, te hace disfrutarla de tu a tu. Siempre respetadola, ella te respetará.
En el trekking también vimos facoceros, babuinos, cebras y nuestro árbol principal, Marula, del cual se consigue la amarula que tomamos.
Son famosos los vídeos de youtube de animales que toman el fruto de la Marula y están borrachos.  No os perdáis donde se ven elefantes o monos borrachos...
Tras el trekking, volvimos al campamento, desayunamos y recogimos las tiendas, y de nuevo, con los mokoros, volvimos al punto de origen. Otra vez disfrutamos de un paseo genial y tranquilo escuchando solo el agua, los pájaros y viendo parajes inolvidables del delta.
Al llegar, cambiamos algunas cosas de la mochila pequeña con la mochila grande ( al menos para podernos duchas, después de dos días sin hacerlo, en el próximo lugar donde dormiremos).
Tomamos de nuevo una lancha rápida y nos llevo a una casa flotante donde pasamos la noche. Un lugar chulo para pasar la tarde, viendo algún que otro cocodrilo mientras circulaba y una puesta de sol y unas charlas en medio del río Okavango y en medio del delta...
Eso sí, durante estos días, no echamos de menos la ausencia de extranjeros. Parece que no hay turismo en un paraje tan espectacular como este.