Dia 9: Camino de la ciudad de Luderich

La noche de ayer y aprovechando estar en medio de la nada, entre el semidesierto y el cañón del Rio Fish, la terminamos disfrutando de una espectacular vista del cielo. Increíblemente cubierto por una manta de estrellas brillantes y una vía láctea como nunca de clara, y todo ello aderezado con 3 botellas de la típica bebida llamada Amarula (una bebida típica, parecida al bailys, o a la crema de orujo).
Nuestro guía, Diego, incluso se animó a dormir fuera de la tienda. Los demás, no nos animamos a tanto.
Esta mañana, nos levantamos para ir camino de Luderich, haciendo así, camino hacia el atlántico de nuevo.
Las temperaturas van subiendo y ya no son tan duras las noches y por el dia se puede estar en manga corta.
Fue una tirada de camión algo larga, hasta llegar a una zona del desierto llena de caballos salvajes. Un espectáculo verlos. Son caballos salvajes que estaban extinguiendose pero fueron salvados por uno de los jefes de las minas que les hicieron una poza con agua, lo que les ha proporcionado un punto para su supervivencia.
Se llega a un punto del camino donde no esta permitido pararse ya que los terrenos ( por no decir la región entera) son susceptibles de tener diamantes. Recordar que esta es una zona muy famosa por la extracción de minerales preciosos.
Una hora antes de entrar el Luderich, el terreno se desertiza totalmente viendo en el camino un terreno casi lunar y de dunas espectaculares, y haciendo, por el viento, esconderse la carretera a nuestro paso con la arena.
Llegamos a Luderich, una ciudad con tremendo viento, y enfocada a los trabajos de extracción del diamante.
Dimos un paseo y fuimos a cenar a lo que suponíamos seria una cena de marisco y pescado, pero que la verdad, dejo bastante que desear.
Pd: hoy conocimos a Merche, de la cual nadie sabia nada, y que se añade al grupo como guía ayudante con la intención de conocer la ruta y poder luego hacerla ella con otros grupos.